Aterrizó en sus laureles: Goodbye American


American Airlines es la tercera línea más importante de Estados Unidos y la más conocida, a lo largo y ancho del mundo, con esta bandera. En el 2003 ya había pasado por una crisis, de la cual se pudo recuperar, pero esta trae consigo peores augurios.

Para poderse acoger a los beneficios tributarios que ofrece el gobierno yankee, la aerolínea debió declararse en bancarrota. Es mayor el impacto mediático de esta noticia, que sus reales implicancias. La empresa seguirá volando con normalidad y hasta aparecieron optimistas que piensan que esta crisis servirá para fortalecer y rearmar a American.

¿Cómo llegó a este punto? Son muchos los factores que hicieron que llegue a esto. En primer lugar podemos encontrar su gran aversión al cambio. El negocio aéreo se reformó hace mucho, pero la aerolínea estadounidense no estuvo a la par y mantuvo su viejo sistema de negocios, lo que implicó altos costes de producción.

Quienes hemos tenido la mala fortuna de subir a un avión de American hemos notado la vejez de sus aereonaves. Esto se debe a que casi la totalidad de la flota lleva varios añitos de recorrido encima, en promedio 20 años. Al tener naves viejas, estas generan un mayor consumo de combustible, así como un gran gasto en reparaciones y mantenimiento.

Además de los serios problemas de base en los negocios de la aerolínea, existe un grave problema gremial, donde los propios pilotos de la empresa han afirmado que esta vez no estarían dispuestos a ceder o colaborar, como lo hicieron en el 2003.

De los últimos 16 trimestres, American Airlines tuvo pérdidas en 14. ¿Podrá salir bien librada de esta? ¿Quién podrá defenderla?

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